EL MODELO ES PARA TODOS
No permita que su contexto se convierta en el pretexto para no responder al llamado de Dios.
Jesús dijo: “Id y haced discípulos a todas las naciones”. Sabemos que los apóstoles harían discípulos de la misma manera que ellos mismos fueron hechos por el Maestro. Si el Señor Jesús les dijo que hicieran discípulos en otras naciones, es porque Él sabía que ellos podrían hacerlo en otros lugares con el modelo que Él les enseñó. Por tanto el modelo que Él usó y transmitió, debe ser para todos.
Yo no creo que Dios sólo use a personas de ciertas nacionalidades. Dios es el mismo en Estados Unidos, en Guatemala, en Corea o en su ciudad. Usted puede ser usado por Dios para conquistar su nación para Cristo. Yo le dije: “Quiero ser el guatemalteco que más cosas te haya visto hacer” y para eso trabajo, confiando en su Espíritu.
Pequeños Grupos
Sabemos que tanto Jesús como los primeros discípulos se reunían en el templo y por las casas. El Señor predicó en el templo pero también en casas como en las de Pedro, Marta, María, Zaqueo y Mateo. El libro de los Hechos nos narra la vida de la iglesia primitiva. “Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón”; “Y todos los días en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo”. (Hechos 2: 46 y 5:42) Ese es el ejemplo que una iglesia saludable debe seguir: por el templo y por las casas.
Los grupos proveen el ambiente para que se logren grandes beneficios. En ellos las ovejas encuentran la comunión y atención que necesitan. ¿Se imagina lo que sería una iglesia grande en la que todos deben ministrarse con el pastor? Los pequeños grupos facilitan que todos sean pastoreados y cuidados. Por las relaciones que se crean con otros hermanos, los miembros de una célula tienen la oportunidad de practicar principios cristianos, como el perdón y la ayuda mutua, que se les ha enseñado en la iglesia. Además, provee la oportunidad para que todos sirvan al Señor, predicando Su Palabra.
Por: Pastor Cash Luna
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